La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
He escuchado el galope de una caballo afuera de mi casa, he visto en una noche nublada el pie de un ser extraterrestre, escucho voces que sé que vienen de mi imaginación pero que suenan tan reales. Creo, sin temor a equivocarme, que la mayoría de nosotros ha tenido alguna alucinación.
El pensamiento está ocupado por imágenes y sonidos y no necesariamente los más agradables o los que quisiéramos recordar; el sonido llega irrumpiendo el espacio, el lugar y la imagen se sobrepone al vacío que todos tenemos.
Cuando surge el silencio, produce malestar, incomodidad algunas veces; miedo al estar completamente solos ante uno mismo, nos atacan pensamientos que no queremos pensar, el hastío y aburrimiento se vuelven amenazantes; esperar sin saber qué esperar, darle lugar al silencio es abrir la puerta a un miedo de nuestros propios pensamientos: el silencio, la nada.
¿Por qué nadie quiere estar solo? ¿Por qué recurrir a redes sociales para calmar ese miedo a estar solos? Parece qué en verdad sabemos que estamos solos, que antes del Ser somos Uno: un cuerpo, un sujeto, un lastre, un dolor que hace agonizar a lo que queremos o deseamos Ser.
Petrit Halilaj
La singularidad aparece como un fantasma entre la sociedad, no conoce el tiempo y mucho menos el espacio. En la mente del ente la existencia del fantasma se materializa adquiriendo probabilidad infinita para moldear al ser. Todo esto no podría suceder sino fuera gracias a los sentidos como la vista, el tacto, el sabor o el olfato que son los que, sin saberlo, van creando lazos sociales.
Las prioridades que uno tiene se rompen en el momento en que el emisor pronuncia una frase, eso que te he dicho es verdad pero a medias a causa del discurso que sostengo y falsamente se va convirtiendo en una realidad absoluta para el receptor, el origen se queda perdido en medio de especulaciones o ¿elocubraciones?
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