Restif de la Bretonne
Muy pronto Jeffrey Dahmer se da cuenta que hay un peligro, peligro que desconoce pero, que sabe, está ahí. En su infancia hay un espacio que va más allá de su limitado entendimiento. Descubre que la palabra puede ser útil para crear fantasías pero también que hay una dimensión fuera de la palabra, un sentido incomprensible del cual ha quedado excluido sin lograr saber el porqué. Su madre yace moribunda en la cama y su padre, repudiando la situación.
Los años pasan y la separación de sus padres solo ayuda a reforzar más su soledad teniendo al alcoholismo y la oscuridad como único huésped, ya sea en casa de su abuela, de sus padres o su apartamento, buscará alejarse de la luz, de la mirada de la gente. No hay rumbo, no sabe hacia dónde se dirije, pero, ¿acaso nosotros sabemos hacia dónde vamos?
Las paredes, la luz, la mesa, en compañía o en solitario, el estado de ánimo, todo influye a la hora de comer, una palabra, una frase, un pensamiento es suficiente para comer desesperadamente o perder el apetito. El exceso por privarse de comer o atragantarse a más no poder resuena en la mente y el cuerpo y nos deja claro que más allá de comer por necesidad, se come por placer. Comer es olvidarse de todo, hasta de uno mismo.
Los alimentos siempre jugaron un papel importante dentro de lo social, ya sea por religión, por socializar o por economía; del otro lado está el gusto que comienza por la boca, por las palabras, el sabor y el saber respectivamente. Los alimentos están compuestos de ingredientes pero también por historias, anécdotas y cultura y eso lo sabe muy bien Dahmer. La comida está presente desde el nacimiento, el vínculo hacia la madre es por medio de la comida.
... El plato es siempre el último refugio contra la angustia de la soledad y el sentimiento de pérdida de uno mismo: es la superficie en donde, una y otra vez, se busca la sustancia vital que debería tapar la grieta que se produce en el cuerpo.
Giselle Harrus Ravidi
El comer mientras se ve la televisión, las salidas a comer con amigos o familiares es comerse no sólo la comida; más bien es comerse las palabras, los afectos no se pueden tocar, se pueden imaginar, oler y degustar y a partir de ahí se hacen presentes sintiéndolos por medio de la comida. Por ejemplo, se puede acceder al amor maternal cuando se prueba una comida que preparaba tu mamá, los sentimientos se pueden saborear y traer gratos o desgarradores recuerdos.
Todo bien hasta q' llega la ultima parte donde ponen la estupidez que repudiar un acto significa que en uno habita esa maldad y x eso rechazamos, payasos estos
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