A veces pienso que los enamorados deberían ser como Swann: analíticos, imprudentes, inseguros, de repente apasionados, dominados a veces por el amor y otras por los celos y el deseo. Pero también pienso que tendrían que ser como Odette: frescos, espontáneos, también con una altivez y más relajados al momento de estar enamorados.
Charles Swann es un hombre de mundo, culto, muy inteligente, carismático y muy bien educado, pertenecía a la clase alta que se codeaba con la aristocracia no sólo de Francia sino de toda Europa, tenía amplios conocimientos en el arte, lo que hoy sería un curador de arte, aunque tenia la firme convicción de convertirse en escritor. Gran admirador de Vermeer en el que trabajó largo tiempo investigando la enigmática vida del pintor.
Odette era una mujer de belleza inigualable, era difícil que ningún hombre la volteara ver; sin embargo, carecía de clase y ejercía la prostitución de una forma más sofisticada. Cuando Swann la conoce queda impactado por su actitud de femme fatale y se obsesiona con saber todos los detalles sobre su vida, que con el pasar del tiempo, se van transformando en celos y en una dependencia emocional ya que se ha enamorado y ahora está a merced de cualquier ofensa que ella le haga.
Se va perdiendo él mismo, olvidándose de sus pasatiempos, de su amor por el arte, de su propia vida. Ahora la vida que le interesa investigar y conocer hasta el último detalle es la de Odette, frecuentando burdeles para interrogar a gente que la conoce. Swann sabe que ella es una mujer vulgar, zafia, de una estulticia incomparable, mediocre y de gustos muy básicos y ordinarios; su único punto a favor era que sabía sacarle provecho a su cuerpo y a su pelo. Swann tenía una extraña fascinación por saber los secretos más perturbadores sobre Odette, se regodeaba en sentirse humillado con la forma en que Odette lo trataba.
Tenía el gusto por saber todos los secretos, de acceder a todo conocimiento, de una búsqueda inagotable por el saber, era un explorador en toda la extensión de la palabra. Era, sin lugar a duda, un artista pero también experimentaba la angustia por no llegar a serlo; al mismo tiempo, Swann sufre la indiferencia de los amigos de Odette y de ella, cae en una suerte de servidumbre voluntaria, en un amor inigualable y que produce un significado muy marcado sobre su persona. Para él, Odette es lo más sublime del arte. No estaba ni cerca de llegar a ser un creador literario, sólo fantaseaba con convertirse en uno. Todo deseo se había volcado hacia Odette, hacia ese amor que tenía por ella puesto que nunca logró plasmar ese amor que sentía en su identidad como artista
Muy tarde ya, Charles Swann cae en cuenta de lo que le ha sucedido con Odette, sabiendo que ella ya no regresará: ¡Cada vez que pienso que he malgastado mis mejores años, que me quise morir, que sentí el amor más grande de mi vida, todo por una mujer que no me gustaba, que no era de mi tipo!.
Todos en algún momento hemos sido Swann pero más modernos, tratando de comprender el amor, volviéndose un verificador de los afectos amorosos, obsesionándose con una persona, encontrando el gusto por devaluarse y humillarse por la persona a la que se le tiene la más sublime idolatría.
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